Que la vida me golpee a diario con toda su fuerza
y lo arrolle todo
que el viento sople incesantemente y no deje nada en su sitio
que venga el sol canicular y me queme
que la lluvia me moje y refresque mis sentidos
que un fuego abrasador crezca en mis entranas
y erupcione
aunque duela
aunque el miedo crezca
aunque el rumbo no siempre sea claro
aunque parezca perdido en medio de la nada
que sea el Amor lo que me mantenga vivo.

Eso es lo unico que pido.

Contacto

mantener contacto

con lo invisible

con aquello que no es certero

y perder asi el miedo de salir al encuentro

de sorprenderse con lo que la vida traiga

no lo que se espera

sino todo lo que cada dia trae consigo

sol, viento, lluvia

oscuridad, trancones, sonrisas

soledad en medio de multitudes

y un pequeno rincon de cualquier cuarto

para cerrar los ojos y conectar los corazones a cientos de millas

el milagro de amar

de tocar al otro

de saber que existen miles de universos

mas alla de la propia piel

que los espejos solo reflejan

lo que los ojos quieren o no quieren ver

que la existencia es mucho mas de lo que la gente suele creer

y a la vez es solamente un instante

un parpadeo, un suspiro

el futuro sera siempre incierto

y el pasado sera un baul lleno de recuerdos

pero el presente -uno largo o uno corto, quien puede saberlo-

es tan solo uno

es la diferencia entre los muertos y los vivos

EN ESTE PRECISO INSTANTE

Cuanto desearia en este instante un abrazo, uno gigantezco. Cuanto daria por un beso justo ahora, uno de esos suaves que humedecen los labios. Cuanto quisiera esta noche tener cerca otras manos, otro aliento tenue que me sople en la cara, otro hombro sobre el cual quedarme dormido.

Como continuamos vivos en medio de tanta muerte? de tanta destruccion?

Una especie salida de control, que a lo largo de anos y anos de existencia ha estado al borde de la locura, del desenfreno, del sinsentido. Todo por el deseo de poder, y la negacion del otro, de lo distinto, de la diferencia como posibilidad de expresion.

Y ante esa realidad nos cerramos cada dia, y cerramos nuestras puertas, y solo miramos de reojo por las ventanas, tras los velos para que no nos vean la cara, y si decimos algo mejor que sea en voz bajita para que pocos nos escuchen.

Preservar lo propio aun a costa de la miseria humana, la de los otros, la que no queremos ver para no arruinar nuestro dia. Total, alguien debe pagar el precio.

Y que tal si dieramos la cara, y arrancaramos las cortinas, y volvieramos a abrir las ventanas para ver lo que ha estado siempre en frente, y abrieramos las puertas que han estado cerradas para que circule de nuevo el aire, y nuevos pasos se sientan en el piso, y volvieramos a tocarnos, a darnos la mano, a olernos aunque no siempre olamos a lo mismo. Y que si ya no nos huimos, si recordamos que no estamos solos en nuestras casas, que tambien tenemos vecinos.

El sol sale igual para todos, y en la noche todos buscamos abrigo. El cielo es el mismo sobre todas las cabezas, y el suelo, la tierra que no nos pertenece, es tan solo el escenario donde todas las vidas convergen, donde cada uno tiene derecho a tan solo un pequeno instante.

Quizas cuando comprendamos que no somos la especie dominante, sino que estamos mas cerca de ser el mismo eslabon perdido, comenzaremos a bajar la mirada, a hacernos y sentirnos parte del aqui y del ahora que compartimos con cientos de miles, plantas, animales, especies, y que de lo que cada uno haga depende el futuro mismo, nuestro propio destino.

No nos queda mucho tiempo, y las oportunidades cada vez seran mas escasas. Ya hemos malgastado demasiadas, ya no podemos tener mas intentos fallidos.

Veo ahora, cuando el viento sopla con un aire menos frio, cuando llegan abrazos y besos desde el otro lado del oceano, cuando en la oscuridad de mi cuarto respiro calmadamente bajo un calido abrigo, que no soy el mismo de antes, que la mirada ya no busca, solo contempla; que el corazon cada vez lamenta menos y mas se alegra, que el alma se reconforta aun a pesar de la distancia, que a veces detengo mi marcha sin angustias, y sonrio. Que aun en la soledad tengo mis brazos y mis manos para rodearme a mi mismo en un gigantezco abrazo y conectarme con lo que amo, con lo que me mantiene vivo.

Veo ahora que el viaje sigue su marcha y que ya lleva muchos kilometros de recorrido.