NOTAS SUELTAS DE DOMINGO POR LA NOCHE ANTES DE IRME A DORMIR
Como la ola de calor que por estos días ha regresado, luego de que un coqueteo de frío hiciera su aparición. Como el riesgo de tormenta se hace realidad en medio del más soleado día. Así mismo yo entro, caigo, subo, y vuelvo a sentirme en ceros o en dieces. Así la mente, los animos, el francés que aparece y desaparece en medio de un intento de conversación. Así van y vienen los planes, las ideas, la gente nueva que conozco, los posibles titulos para los nuevos posts del blog, la torre de babel, el sentido de las cosas compartidas, los postits virtuales de las tareas pendientes que coloco en el monitor de mi computador, las peliculas que quiero alquilar en el nuevo video, el manual de la cámara nueva que aún esta por ser leido, las fotos que quisiera tomar, los proyectos de fotografía, la ropa sucia, la basura que huele mal cuando hace tanto calor y hace que todo huela a basura por un instante, las moscas que se quedan adentro golpeando la ventana, el aceite de palo santo antes de dormirme, la música, la música siempre, mirar el teléfono apenas entro a casa para confirmar una vez que en efecto nadie ha marcado, revisar obsesivamente el correo electrónico en busca de correos que nunca llegan, buscar, buscar incesantemente
y esperar, y creer que todo está por llegar, que las raices están creciendo, que antes del invierno habrá cosecha para poder soportarlo, que esta vez si he montado una buena ola y que por fín abra surf, que habrá viento suficiente para empujar las alas, que ya tengo un impermeable entre la maleta y hasta un paraguas por si llueve a cántaros, que no bajaré mas kilos, y que incluso podre subir unos cuantos, que la barba algun día será más densa, y que la espalda y el abdomen no me volverán a doler.
Bueno, algunas cosas adicionales, como uno que otro detallito de decoración para las paredes del apartamento. Y de paso conocer y alzar a mi Nico, abrazar y besar a Gato, ojalá muy pronto. Y saberme, y sentirme en casa, acá, allá, o donde me encuentre.
Y que algunos pocos salgan al encuentro, o al desencuentro, pero que salgan siempre.
Como la ola de calor que por estos días ha regresado, luego de que un coqueteo de frío hiciera su aparición. Como el riesgo de tormenta se hace realidad en medio del más soleado día. Así mismo yo entro, caigo, subo, y vuelvo a sentirme en ceros o en dieces. Así la mente, los animos, el francés que aparece y desaparece en medio de un intento de conversación. Así van y vienen los planes, las ideas, la gente nueva que conozco, los posibles titulos para los nuevos posts del blog, la torre de babel, el sentido de las cosas compartidas, los postits virtuales de las tareas pendientes que coloco en el monitor de mi computador, las peliculas que quiero alquilar en el nuevo video, el manual de la cámara nueva que aún esta por ser leido, las fotos que quisiera tomar, los proyectos de fotografía, la ropa sucia, la basura que huele mal cuando hace tanto calor y hace que todo huela a basura por un instante, las moscas que se quedan adentro golpeando la ventana, el aceite de palo santo antes de dormirme, la música, la música siempre, mirar el teléfono apenas entro a casa para confirmar una vez que en efecto nadie ha marcado, revisar obsesivamente el correo electrónico en busca de correos que nunca llegan, buscar, buscar incesantemente
y esperar, y creer que todo está por llegar, que las raices están creciendo, que antes del invierno habrá cosecha para poder soportarlo, que esta vez si he montado una buena ola y que por fín abra surf, que habrá viento suficiente para empujar las alas, que ya tengo un impermeable entre la maleta y hasta un paraguas por si llueve a cántaros, que no bajaré mas kilos, y que incluso podre subir unos cuantos, que la barba algun día será más densa, y que la espalda y el abdomen no me volverán a doler.
Bueno, algunas cosas adicionales, como uno que otro detallito de decoración para las paredes del apartamento. Y de paso conocer y alzar a mi Nico, abrazar y besar a Gato, ojalá muy pronto. Y saberme, y sentirme en casa, acá, allá, o donde me encuentre.
Y que algunos pocos salgan al encuentro, o al desencuentro, pero que salgan siempre.
1 Comments:
We Did Not Make Ourselves
by Michael Dickman September 1, 2008
We did not make ourselves is one thing
I keep singing into my hands
while falling
asleep
for just a second
before I have to get up and turn on all the lights in the house, one after the
other, like opening an Advent calendar
My brain opening
the chemical miracles in my brain
switching on
I can hear
dogs barking
some trees
last stars
You think you’ll be missed
it won’t last long
I promise
I’m not dead but I am
standing very still
in the back yard
staring up at the maple
thirty years ago
a tiny kid waiting on the ground
alone in heaven
in the world
in white sneakers
I’m having a good time humming along to everything I can still remember
back there
How we’re born
Made to look up at everything we didn’t make
We didn’t
make grass, mosquitoes
or breast cancer
We didn’t make yellow jackets
or sunlight
either
I didn’t make my brain
but I’m helping
to finish it
Carefully stacking up everything I made next to everything I ruined in broad
daylight in bright
brainlight
This morning I killed a fly
and didn’t lie down
next to the body
like we’re supposed to
We’re supposed to
Soon I’m going to wake up
Dogs
Trees
Stars
There is only this world and this world
What a relief
created
over and over
04:51
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